martes, 26 de octubre de 2010

¡ Qué desastre !.....


He perdido mi única pulsera de cuero.
Mi favorita.

Detrás de ella se fué mi brazo,
el derecho, y con él se me ha ido el arte
de girar el cigarro,
de acariciarte lentamente la barbilla,
y el olor de tu pelo.

Moví los hombros enérgicamente
del suelo al cielo,
y mi cabeza saltó contra la pared
desprendida totalmente de mi cuerpo.

Intento volver atrás,
pero mis pasos caminan en sentidos
contrapuestos.

En este desastre sólo me queda
el corazón,
tic,tac,
latiendo.

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