jueves, 19 de agosto de 2010

Teno....




Las cien caras de Aurelio perdidas en el jardín,
vigilantes,
el silencio del agua en nuestras manos,
risas, miradas que no ven,

y es todo tan real como en los libros.

Te leo y te vuelvo a leer,
me recreo en tus páginas,
en tus historias adolescentes casi dormidas
y en el color del aire fresco.

Volvamos a la vida.

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